lunes, 12 de octubre de 2009

Off view Raddy Leizagoyen comenta la victoria celeste en Quito




Eliminatorias: Uruguay vive y lucha



Como siempre: sufriendo y con la calculadora en la mano y el oído en otras canchas, llegaremos a la última fecha de las Eliminatorias el miércoles, cuando a las 20.00 horas Uruguay reciba a Argentina. Pero esto es gracias a la gran victoria de los celestes el sábado en la altura de Quito, en un encuentro con ribetes históricos.



UN EQUIPO SÓLIDO




Uruguay salió armadito y concentrado como lo exigía el partido. Se sabía que no se le podían dar espacios a Ecuador y había que evitar su remate de media distancia que utilizan con sumo peligro en la altura de Quito. Para eso, el Mtro. Tabárez optó por una estrategia de 3-4-1-2, con Scotti, Lugano y Cáceres en el fondo; Maximiliano y Álvaro Pereira como carrileros; Diego Pérez y Walter Gargano por el medio; Jorge Rodríguez un poco más suelto; y Suárez y Forlán arriba. Este esquema se transformaba frecuentemente en un 5-3-2, cuando los Pereiras se replegaban sobre la última zona y “El Japo” Rodríguez se sumaba en la contención. Pero la eficacia de esta estrategia se basó en una permanente concentración, haciendo pressing sobre el adversario, quitándole tiempo y espacio para las maniobras ofensivas. La mayor complicación fue sostener esa dinámica a casi tres mil metros de altura, donde el aire falta y todo se hace más difícil.




AL BORDE DE LA ELIMINACIÓN




Así transcurrió el primer tiempo con Ecuador manejando la pelota, pero sin lastimar. Y con Uruguay bien plantado atrás y en el medio, aunque con sus dos hombres de punta muy alejados entre sí e imprecisos, además de mal habilitados. Fueron pocas las acciones de riesgo en el primer tiempo. La más clara, un centro de la izquierda que le bajó por derecha Álvaro Pereira cacheteando de zurda hacia atrás y que empalmó de primera Luis Suárez al borde del área chica. Cuando se gritaba el gol, el guardameta argentino nacionalizado Marcelo Elizaga, tapó el disparo en la mejor intervención de la noche. El segundo tiempo empezó sin variantes, aunque se sabía que a medida que pasaran los minutos iba a ser cada vez más difícil soportar la presión de un equipo fuerte e impulsado por un estadio abarrotado de público enfervorizado. Un penal no sancionado contra Suárez, pareció diluir una de las pocas posibilidades de un triunfo necesario, pero cada vez más lejano. Para colmo, un desborde por izquierda del recién ingresado Jefferson Montero, culminó con centro cerrado y pasado, que conectó Luis Antonio Valencia por derecha para cabecear a la red. Ahí pareció venir la noche: ganaba Argentina, Ecuador se nos escapaba y pensar en dar vuelta un resultado en la altura y ante un equipo que en las últimas fechas tenía una neta superioridad en antecedentes sobre nuestro equipo, era una utopía. Estábamos fuera del Mundial. Ecuador se lanzó a liquidar el partido y en un centro por la derecha un minuto después del gol, hubo un rebote que reclamaron como mano dentro del área, que todavía no hemos podido volver a ver. Mientras los locatarios reclamaban desesperados el presunto penal, Uruguay contragolpeó a toda velocidad, sacando oxígeno de la nada. Gargano cruzó pase profundo a la izquierda; desbordó Forlán en un último esfuerzo y mandó el envío al medio, donde apareció Suárez anticipándose a los movimientos defensivos de Elizaga y Hurtado, para tocar en la puerta misma de la valla y decretar el empate antes que se cumplieran dos minutos de la apertura.


UN FINAL INFARTANTE




Conociendo los antecedentes anímicos de uruguayos y ecuatorianos, no habríamos dudado que la victoria llegaría si el partido fuera en condiciones normales. Pero en la altura y con un equipo que se desflecaba minuto a minuto, nos conformábamos con que Ecuador no fuera a ponerse en ventaja.


El empate comprometía mucho nuestra chance, pero nos dejaba con la esperanza de un triunfo ante Argentina que nos permitiera “estar ahí”. Sin embargo, Uruguay siguió atacando. Con la clásica “garra”, no por reiterada alusión desgastada sino siempre vigente, los celestes acorralaron a los ecuatorianos ante el estupor de un estadio que enmudecía.


Álvaro Pereira había tomado la función de volante creativo, dejando su puesto de carrilero a Jorge Fucile que sustituyó a Jorge Rodríguez; y también había ingresado Eguren por un Diego Pérez que fue un titán y se retiró sentido; y Édinson Cavani por Suárez agotado.


Transcurrían dos de los tres minutos de prórroga otorgados por el árbitro brasileño, cuando llegó el milagro. Otro ataque veloz de Forlán por izquierda, que la cruza a la derecha para la entrada de Cavani.


Éste se mete con cabeza levantada, enfrenta al guardameta, escapa con gambeta larga por derecha y Elizaga lo derriba: penal.


Con todo Uruguay futbolístico en vilo, Forlán tomó la responsabilidad cuando la reclamaba Cavani que había sido la víctima del penal. Era un tremendo compromiso, porque si desperdiciaba esa oportunidad, con esa relación que no termina de consolidar Forlán con la afición uruguaya, podría haber sido su condena definitiva.


Pero Diego ejecutó el penal con clase y jerarquía, alto, al ángulo superior derecho y fuerte, inatajable. Y ahí terminó el partido. No hubo tiempo ni para que moviera Ecuador.


Uruguay acrecentó sus posibilidades y depende de sí mismo, cuando el miércoles, a las 20.00, enfrente a Argentina, al que le alcanza un empate para clasificar, excepto que Ecuador goleara a Chile (ya clasificado) como visitante, lo que no parece probable.


Los del Maestro Tabárez, pueden clasificar directamente (sin repechaje) si logran un triunfo, lo que a la luz de la pésima campaña de la Argentina de Maradona y de este gran triunfo de Uruguay, no parece imposible.


ALGUNOS APUNTES FINALES




Un partido de estas características emocionales, deja poco lugar al análisis. Comentar, simplemente, la tremenda fuerza espiritual de este equipo, para superar todas las adversidades. En ese clima, nadie fracasó. Gigantesco lo de los tres del fondo: Scotti, Lugano y sobre todo Cáceres. Muy bien Muslera en un debut de alto riesgo que superó sin mucho trabajo, pero bien resuelto y dando seguridad. Gran despliegue de Pérez y Gargano, acompañados por un Maxi Pereira también de gran dinámica. Álvaro Pereira cumplió bien como carrilero y fue más importante aún al sustituir en la función a Jorge “Japo” Rodríguez, que por su parte no defraudó en un debut de enorme exigencia. Y lo más flojo estuvo adelante, donde Suárez y Forlán estuvieron imprecisos, “peleados” entre sí. Y fueron los que nos dieron la victoria... Párrafo aparte para el árbitro brasileño Salvio Fagundes: excelente. No fue perfecto, porque “se comió” un penal contra Suárez y tuvo criterios dispares en lo disciplinario, “ahorrándose” alguna tarjeta para ambos lados. Pero cobrar un penal en los descuentos en esa caldera que era el estadio “Atahualpa”, es propio de grandes jueces de la historia del fútbol. Nos sacamos el sombrero ante este brasileño, que nos renovó nuestra invariable confianza en el fútbol, por encima de agoreros descreídos.






LOS DETALLES: ECUADOR 1 – URUGUAY 2.

Estadio “Atahualpa” de Quito (Ecuador).

ÁRBITROS: Salvio Fagundes, Roberto Braga y Ademir Housman.

ECUADOR: Marcelo Elizaga; Néicer Reasco, Iván Hurtado, Giovanni Espinoza (79’ Jorge Guaga) y Walter Ayoví; Luis Antonio Valencia, Cristian Novoa (58’ Jefferson Montero), Segundo Castillo y Édison Méndez; Felipe Caicedo (66’ Edmundo Zura) y Cristian Benítez. D. T. Sixto Vizuete. URUGUAY: Fernando Muslera; Andrés Scotti, Diego Lugano y Martín Cáceres; Maximiliano Pereira, Diego Pérez (73’ Sebastián Eguren), Walter Gargano y Álvaro Pereira; Jorge Rodríguez (59’ Jorge Fucile); Luis Suárez (83’ Édinson Cavani) y Diego Forlán. D. T. Mtro. Oscar W. Tabárez. GOLES: 2do. Tpo. = 22’ 10” L. A. Valencia (E); 23’ 50” L. Suárez (U); 48’ 35” D. Forlán (U) de penal. AMONESTADOS: 23’ C. Novoa (E); 67’ L. A. Valencia (E); 73’ D. Lugano (U); 74’ W. Ayoví (E); 92’ M. Elizaga (E). NOTA: Cuando ingresó Fucile por Rodríguez, Álvaro Pereira se adelantó más suelto a cumplir la función de volante de armado.

R. Leizagoyen

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