miércoles, 31 de marzo de 2010

LEMBRANZA DEL QUERIDO NESTOR "CHUBI" NAVILIAT



En el pasado mes de octubre nos dejó fisicamente uno de los más grandes seres humanos que conocimos en la vida. Esposo, padre y abuelo ejemplar, además de amigo ejemplar. Notable deportista, ejemplo para muchos de los jóvenes de varias generaciones neo helvéticas y colonienses. Néstor Naviliar Andreoli, o simplemente el "Chubi". DEPORTEHELVETICO brinda a continuación las palabras vertidas por Carlos Font Alvarez, el "Chiche", amigo personal de Néstor.


JUAN CARLOS VECINO-DIRECTOR DE DEPORTEHELVETICO.BLOGSPOT.COM





Néstor Naviliat Andreoli ("Chubi")
Plaza perdió a uno de sus gestores.
Con inmenso dolor hemos recibido la infausta noticia de que se nos fue un muy querido y dilecto amigo: Chubi Naviliat.

Al no poder estar presente en su despedida, quise dejar estas pala-bras que me salen del corazón.
El Estadio Cerrado del Club Atlético Plaza por decisión de su Consejo Directivo lleva el nombre de "Néstor Naviliat (Chubi)".
Chubi, como todos le conocimos, se nos ha ido con 83 años de edad. Fue un ejemplo de fidelidad al Club de sus amores, al que estuvo ligado desde su niñez. Casi desde su misma fundación. Era la gran historia viviente que nos quedaba en Plaza junto a René Sánchez Burwood.
Había integrado los planteles de fútbol desde los comienzos mismos de esta actividad en el Club. Chubi fue un deportista cabal y lo hacía bien en el deporte que fuera. Al fútbol fue un cerebral “entreala izquierdo” (un “10” o “enganche” como dicen ahora). Su juego siempre me pareció simi-lar al de Juan A. Schiaffino. Inteligente, cerebral, del pase medido y justo, cabeza levantada, explotando a sus punteros. un verdadero estratega. Es muy recordada, la que para mi fue la mejor “ala izquierda” del fútbol hel-vético, Naviliat y Legelén, en Plaza. Fue también de la selección helvéti-ca. Chubi integró también la mentada línea delantera de los “cinco Nés-tor”.
En Plaza hablar de básquetbol, es hablar de Chubi. Un día, allá por el año 1960, por circunstancias que ahora no vienen al caso y tampoco vale la pena recordar, y a su impulso se decidió iniciar la práctica de básquet-bol, y afiliarse a la naciente Liga de Básquetbol de Nueva Helvecia.

Brilló también como basquetbolista en los planteles del Helvético A.Club donde fue una sus principales figuras. Luego de la fallida fusión, se dedicó por entero a su Plaza y como no podía ser de otra manera como alma mater, como dirigente y jugador, junto a los hermanos Alfon-so (Quito) y Efrain Colman, Pablo Collazo, Amilcar Aguerre, Roberto Cacciatore (el querido Cacha), Pierre Kleist, y tantos otros que ahora lamentablemente no recordamos, que conformaron el primer equipo de básquetbol de Plaza, con la conducción técnica del recordado Prof. Eduardo Lainatti.
En cuanto equipo del Club estuvo en una cancha de básquetbol en esa década, allí estuvo Chubi. Cuando ya el físico no le daba para la competencia siguió sobre la línea lateral, dirigiendo cualquiera fuera la divisional. Formativas y Mayores, tuvieron a Chubi en la conducción. Ni que decir, los equipos seleccionados helvéticos y colonienses. Todavía recordamos aquel fantástico triunfo en el Campeonato Nacional de Ju-veniles en Rivera en 1977, con su Dirección Técnica, sacándole el título al favorito, el poderoso seleccionado de Salto.
Cuanta Comisión de Básquetbol que se constituía para organizar la actividad, allí estaba la esgarbada figura de Chubi.
Hasta hace unos años, cuando el Club mantenía una intensa y varia-da actividad, Chubi siempre estaba presente. No se perdía domingo sin acompañar, junto con Blanca, los planteles de formativas que viajaban constantemente a Montevideo. Al igual que lo fue Don Tito Bonjour, que no se perdía ningún partido de fútbol de Plaza, cualquiera sea la Divisio-nal en que jugara, al Chubi siempre lo ibamos a ver en una Cancha en que juegue un equipo de Plaza, cualquiera sea la categoría.
Con sobrada razón el Gimnasio Cerrado desde el 25 de agosto de 1996 lleva su nombre.
Solo me resta decir que estas palabras sirven como desahogo y para despedir a Chubi, ya que no podré hacerlo personalmente.
Hasta siempre querido amigo, siempre estarás en mi recuerdo.


Chiche Font

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