Voz de pueblo Uruguay sedujo a la gente
El público captó que la selección dio un mensaje de esperanza
Vox populi, vox dei. Ahí está el saldo elocuente, de esta despedida de la selección celeste antes de su viaje a Sudáfrica.
Esto es: la gente no se aburrió y siguió prendida, entusiasmada, pese a la lógica cantidad de cambios -con sentido de futuro inmediato- que hizo Tabárez.
Al contrario. Hubo aplausos. Hubo apoyo. Hubo palmas. También hubo "ola". En una palabra: hubo entusiasmo. Y no nació de una rama. No surgió de la nada. Partió de lo que el equipo, muy concentrado, muy enchufado, muy aplicado, desplegó en la cancha.
Ojo, si como buen uruguayo -para no dejar la idiosincrasia a un lado- uno ve el medio vaso vacío y no el medio vaso lleno, lo primero que "salta" es que Israel es un equipo limitado, para marcar en los flancos del fondo y en la retaguardia.
Sin embargo, en ese plano conviene establecer que ante ese tipo de rivales, se puede jugar bien, como jugó anoche Uruguay, y también mal, o se puede cumplir una gestión opaca, "ligth"; incluso porque fue duro, sobre todo en la marca.
La selección, en cambio, no sólo jugó en forma acertada, con movilidad, con los celestes buscándose, encontrándose en corto y en largo por abajo, y entrando por los dos laterales de la ofensiva para definir -a veces mal, es cierto- con sorpresa por el lado opuesto del ataque, fundamentalmente en la primera etapa, ya que luego -primero con el ingreso de Lodeiro y luego con el de Cavani- el juego evolucionó más y mejor elaborado desde los tres cuartos de cancha.
Es decir, como buen último partido "de entrenamiento" que era el de la pasada jornada, Tabárez también abrió el pizarrón y mostró todas sus cartas.
Entonces, primero jugó con un 3-4-1-2 que tuvo al profundo y penetrante "Nacho" González de enganche; después lo hizo con un 4-4-2 que le permitió llevar a la práctica aquel anuncio suyo a Ovación de que pueden jugar juntos -a modo de doble enlace- el "Nico" Lodeiro y el "Nacho"; y finalmente volvió a un 3-4-1-2 en el que, al igual que en el anterior dibujo, "marcó presencia" el oportunismo y la precisión ejecutiva de Abreu, y apareció con esplendor el panorama ofensivo que posee el actual Cavani.
En definitiva, Uruguay no se guardó nada. No sólo porque se aplicó al partido como a un trabajo, sino porque también sedujo a la gente, por la movilidad que mostraron "Maxi" Pereira, Forlán y Suárez en la primera etapa; por el fútbol talentoso que expuso González para habilitar con profundida a los puntas en ese lapso; por la explosión que aportó Lodeiro en la segunda parte; y por el ida y vuelta ágil, pero también capaz de "hacerle daño" al contrario, que desarrolló "Palito" Pereira en todo el trámite.
Por eso, pues, vox populi, vox dei. El pueblo se expresó. Le gustó Uruguay.
Se sintió correspondido por la selección. Entonces, aplaudió. Alentó. Hubo "feeling" entre ambos. Es que los dos intercambiaron sus esperanzas.
Las cifras 15 goles lleva Abreu, que es el máximo goleador celeste de la "segunda era Tabárez".
13 partidos amistosos y oficiales jugó la selección en el estadio: ganó 6, empató 5 y perdió 2.
Vox populi, vox dei. Ahí está el saldo elocuente, de esta despedida de la selección celeste antes de su viaje a Sudáfrica.
Esto es: la gente no se aburrió y siguió prendida, entusiasmada, pese a la lógica cantidad de cambios -con sentido de futuro inmediato- que hizo Tabárez.
Al contrario. Hubo aplausos. Hubo apoyo. Hubo palmas. También hubo "ola". En una palabra: hubo entusiasmo. Y no nació de una rama. No surgió de la nada. Partió de lo que el equipo, muy concentrado, muy enchufado, muy aplicado, desplegó en la cancha.
Ojo, si como buen uruguayo -para no dejar la idiosincrasia a un lado- uno ve el medio vaso vacío y no el medio vaso lleno, lo primero que "salta" es que Israel es un equipo limitado, para marcar en los flancos del fondo y en la retaguardia.
Sin embargo, en ese plano conviene establecer que ante ese tipo de rivales, se puede jugar bien, como jugó anoche Uruguay, y también mal, o se puede cumplir una gestión opaca, "ligth"; incluso porque fue duro, sobre todo en la marca.
La selección, en cambio, no sólo jugó en forma acertada, con movilidad, con los celestes buscándose, encontrándose en corto y en largo por abajo, y entrando por los dos laterales de la ofensiva para definir -a veces mal, es cierto- con sorpresa por el lado opuesto del ataque, fundamentalmente en la primera etapa, ya que luego -primero con el ingreso de Lodeiro y luego con el de Cavani- el juego evolucionó más y mejor elaborado desde los tres cuartos de cancha.
Es decir, como buen último partido "de entrenamiento" que era el de la pasada jornada, Tabárez también abrió el pizarrón y mostró todas sus cartas.
Entonces, primero jugó con un 3-4-1-2 que tuvo al profundo y penetrante "Nacho" González de enganche; después lo hizo con un 4-4-2 que le permitió llevar a la práctica aquel anuncio suyo a Ovación de que pueden jugar juntos -a modo de doble enlace- el "Nico" Lodeiro y el "Nacho"; y finalmente volvió a un 3-4-1-2 en el que, al igual que en el anterior dibujo, "marcó presencia" el oportunismo y la precisión ejecutiva de Abreu, y apareció con esplendor el panorama ofensivo que posee el actual Cavani.
En definitiva, Uruguay no se guardó nada. No sólo porque se aplicó al partido como a un trabajo, sino porque también sedujo a la gente, por la movilidad que mostraron "Maxi" Pereira, Forlán y Suárez en la primera etapa; por el fútbol talentoso que expuso González para habilitar con profundida a los puntas en ese lapso; por la explosión que aportó Lodeiro en la segunda parte; y por el ida y vuelta ágil, pero también capaz de "hacerle daño" al contrario, que desarrolló "Palito" Pereira en todo el trámite.
Por eso, pues, vox populi, vox dei. El pueblo se expresó. Le gustó Uruguay.
Se sintió correspondido por la selección. Entonces, aplaudió. Alentó. Hubo "feeling" entre ambos. Es que los dos intercambiaron sus esperanzas.
Las cifras 15 goles lleva Abreu, que es el máximo goleador celeste de la "segunda era Tabárez".
13 partidos amistosos y oficiales jugó la selección en el estadio: ganó 6, empató 5 y perdió 2.
AMISTOSO INTERNACIONAL
URUGUAY 4:1 ISRAEL
Cancha: Estadio Centenario. Público: 55.000 personas.
Juez: Enrique Osses (Chile). Líneas: Marcelo Costa y Carlos Changala.
URUGUAY 4:1 ISRAEL
Cancha: Estadio Centenario. Público: 55.000 personas.
Juez: Enrique Osses (Chile). Líneas: Marcelo Costa y Carlos Changala.
URUGUAY: Fernando Muslera, Andrés Scotti, Diego Lugano (46' Sebastián Eguren), Diego Godín, Maximiliano Pereira, Diego Pérez (62' Egidio Arévalo Ríos), Walter Gargano (46' Nicolás Lodeiro), Álvaro Pereira (71' Martín Cáceres), Ignacio González, Luis Suárez (62' Edinson Cavani) y Diego Forlán (46' Sebastián Abreu). Director técnico: Oscar Tabárez.
ISRAEL: Dudu Aouate, Kalmi Saban (77' Ali Othman), Dekel Keinan, Shai Maimon, Yoav Ziv, Bibras Natcho (73' Elyaniv Barda), Avijai Yadin (54' Nir Biton), Lior Refaelov, Ben Sahar (64' Itai Schechter), Guil Vermuth (60' Maor Melikson) y Roberto Colautti (57' Shlomi Arbeitman). Director técnico: Luis Fernández.
GOLES: 15' Diego Forlán (U), 30' Lior Refaelov (I), 34' Alvaro Pereira (U), 75' y 81' Sebastián Abreu (U).
fuentes: Jorge Savia-ovacióndigital y tenfieldigital.com.uy
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